Fundación Lisón-Donald

Del 17 al 19 de marzo celebramos las IV Jornadas de Antropología de la alimentación dedicadas este año a una experiencia humana fundamental, a la alimentación, tema amplio en contenido, de importancia individual y social y de consecuencias radicales; predomina, desde luego, como es propio y pertenece a la Fundación, la perspectiva cultural. Ana, nuestra alcaldesa, las inauguró y presidió con dignidad ritual. El Presidente recordó al inicio la excusa de presencia del patrono Jaime Terceiro y subrayó la ausencia de Gregorio Peces-Barba, amigo y patrono que nos dejó en ligereza y brevedad, antes de tiempo, sin hacer ruido y sin haber cumplido su deseo de visitar el pueblo. In memoriam.

Se presentaron temas en espectro amplio y variado, concretamente desde la singularidad culinaria aragonesa de E. Monesma Moliner a la peculiar y rica de Japón por Masako Kubo y a la de C. Esteban Redondo con los nuevos alimentos tabú que acentuó la moderna pluridimensionalidad actual.

Otro dominio conceptual presentado también con sutileza analítica fue el iniciado en eje histórico por S. Pallaruelo Campo con su “moler para comer” que nos hizo viajar del Paleolítico a la actualidad con la importante preparación del trigo, seguido por los fogones y recetas del siglo XVI de Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón y por la disquisición sobre el vino de dioses y visionarios de J.A. González Alcantud.

No podía faltar el logaritmo etnológico y comparativo que fue presentado por F. Giner Abati en su film panorámico sobre la nutrición y sus modos en diferentes culturas africanas. Panorámica fue también la densa narrativa plural de R. Martín Villa, experto en saores, e instructiva y argumentada la permanente tensión entre tradición y modernidad, partiendo de los toros, que estuvo a cargo de François Zumbiehl.

Dos Mesas redondas, una de estudiantes universitarios con resumen, conclusiones y aportación crítica, y otra sobre el recetario tradicional del pueblo a cargo de A. Falcón, Gloria Guerrero, Mª Luisa Avío y Teresa Sanz que con su diálogo nos deleitaron e instruyeron enseñándonos en su espontánea narrativa cómo lo particular y el detalle es vehículo de cultura. Una muestra gastronómica con singularidades de León, Salamanca, Córdoba, Toledo, Huesca, Zaragoza y Campo de Borja, que agradecemos, hizo las delicias de los numerosos invitados, visitantes, amigos y asistentes que llenaron el Chané.

Es de rigor, por último, subrayar el qantum antropológico de las Jornadas destacado en todas comunicaciones pero especialmente por P. Gatell Maza en su alimentación, aprendizaje, cultura y salud en colegios infantiles, en la sorprendente culturalización de la alimentación en Japón citada, en la mística del vino también referida y en la afirmación del Hombre como cultura hasta en sus más radical bilogía y esto concretamente en cuanto a su inevitable necesidad de nutrición que expuso el Presidente; nos nutrimos de cultura. Las Jornadas fueron además verdadera incitación y alimento para el diálogo; alumnos, profesores, amigos, vecinos, el auditorio todo en realidad –casi un centenar-, generaron un espacio común de comunicación y reflexión altamente confortable, fecundo en ideas, calificado en una encuesta -nótese, con 4´6 sobre 5- también como muy satisfactorio alimento del espíritu. Nos anima a seguir.

Leer artículo en La Vanguardia "Las IV Jornadas de Antropología de La Puebla de Alfindén abordarán el fenómeno de la alimentación"

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